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Una Gradería para una Cancha

ARQUITECTURA, CIUDADANIA Y APRENDIZAJE
 

DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN PARTICIPATIVA    / / / / / / / / /

VILLA VERDE, CONSTITUCIÓN
MARZO - NOVIEMBRE 2017
INTRODUCCIÓN

El proyecto de vivienda social diseñado por la oficina Elemental para 484 familias de trabajadores de una empresa de la zona y de damnificados del terremoto, del 17 de febrero del 2010, requería mejorar sus espacios públicos y en especial crear una mejor atmósfera en torno de su cancha. A partir de esto nace la idea de crear una gradería.

 

Durante el proceso de diseño y construcción participativa esta gradería se transformó en un espacio multifuncional. Se dividió en dos graderías (“locales y visitas no podían estar sentados juntos sino se pelean”), y se incorporó un acceso para silla de ruedas, resbalines y un kiosko para la venta de alimentos.

Este proceso creativo resultó significativo dentro de la comunidad y hoy es un espacio de encuentro para diferentes generaciones.

UN TRABAJO EN EQUIPO

Con el trabajo colectivo de vecinos/as, voluntarios/as, facilitadores/as y organizaciones locales logramos diseñar una propuesta durante 3 meses, con un año de espera para conseguir financiamiento y con 6 meses de construcción.

 

Este proceso generó un espacio intergeneracional de encuentro, diversión y descanso. El diseño y proceso de construcción incorporó las opiniones e inquietudes de los habitantes de todas las edades y fue modificándose en terreno cada vez que “la mano”  de una nueva persona llegaba a colaborar.

DISEÑO PARTICIPATIVO CON LOS NIÑOS Y NIÑAS DEL BARRIO

Los tres pasos importantes de este proyecto fueron:

  • postulación al  financiamiento

  • diseño participativo

  • construcción participativa.

 

Todas estas etapas fueron realizadas con un equipo interdisciplinario integrado por la comunidad a través de sus dirigentes sociales y profesionales de Aldea y Urbanismo Social.

 

La coordinación ocurrió en dos flancos: en el terreno durante los fines de semana y a distancia a través de un whatsupp que compartimos con las dirigentes sociales. Definitivamente lo más duro fue la etapa de construcción donde el equipo de Aldea viajaba 700 km de distancia (ida y vuelta) durante 4 meses todos los fines de semana desde nuestra sede en Santiago. Esta inversión en tiempo, energía y recursos nos permitió intensificar la relación interpersonal y trabajo físico con la comunidad, haciendo posible la evolución de las ideas, compromiso mutuo con el proyecto e innovación que, creemos,  sólo puede venir desde un diálogo horizontal entre diseñadores/as, dirigentes/as sociales, facilitadores/as y la comunidad.

SOBRE EL DISEÑO

El diseño nació a través de una serie de actividades en terreno involucrando no solo los adultos sino también las voces y acciones de niñas, niños y jóvenes del barrio. Desarrollamos formas alternativas de comunicación que lograran ayudarnos a comprender sus anhelos y usos del espacio de los diferentes grupos etáreos. Todos estos insumos fueron fundamentales para crear una propuesta arquitectónica consciente y consistente.

 

Dentro del grupo de niñas, niños y jóvenes se realizaron acciones como jugar y medir el terreno para saber a ciencia cierta los límites de la construcción, se dibujaron ideas que luego se discutieron grupalmente para crear una común. También se crearon bocetos, modelos y estructuras a escala de un niño o niña en el terreno. Relevante en el proceso de validar la opinión de este grupo fue la posibilidad de presentar los resultados ante los adultos. Este último punto es esencial en un trabajo intergeneracional ya que exponer opiniones sobre los entornos ante una audiencia desde temprana edad colabora en la formación de ciudadanos y ciudadanas responsables y sin miedo a emitir opiniones.

 

Otro aspecto relevante es la actitud frente al trabajo: un equipo externo (nosotros) a la comunidad abierto al diálogo, sin afanes de superioridad técnica y que valore el saber hacer de familias que mayormente han autoconstruido sus viviendas (lo opuesto a la idea de expertos y beneficiarios) Nos tomamos un tiempo razonable para observar las formas constructivas desarrolladas dentro de las fachadas y patios de cada vivienda con el fin de extraer el conocimiento único que es un recurso comunitario favorable al objetivo de construir las graderías.

Fueron 4 reuniones donde nos retroalimentamos y fuimos afinando el diseño en cada nueva visita. Con esta metodología de trabajo, logramos un proyecto que representó a los/las residentes de Villa Verde. Desde su origen las propuestas y modificaciones fueron revisadas y visadas por la comunidad, pudiendo incluso seguir afinando los detalles según sus perspectivas hasta la fase de construcción.  

CERRANDO LA REVISIÓN DEL ANTEPROYECTO
CONSTRUCCIÓN PARTICIPATIVA

¡Manos a la obra! empezamos a trabajar un día sábado xx a las 10:00 am y durante los próximos 4 meses no paramos de trabajar cada fin de semana.

 

La madera fue elegida como el material principal por ser abundante en la zona, su resistencia a la salinidad del aire marino y porque la mayoría de las personas del barrio están familiarizadas con esta. Gracias a la planificación del trabajo, las labores de perforación, corte, atornillado, marcado, medición, desplazamiento de materiales, martillado, etc. fueron accesibles para todos/as independiente de la experiencia previa, y quienes participaron se organizaron de acuerdo a su disponibilidad y ganas de probar nuevas destrezas.

 

Para lograr que cada persona que llegaba a la obra tuviese un rol que cumplir, se desarrolló una planificación acuciosa y coherente con las diversas destrezas de la comunidad y la disponibilidad de herramientas de trabajo de manera que pudiéramos trabajar de manera paralela sin molestarnos, y a la vez, dejar espacios de aprendizaje cuando por ejemplo, llegaban muchos niños, niñas o jóvenes y era necesario parar alguna labor para compartir el conocimiento.

 

Este proyecto nos llevó a comprender la complejidad de una construcción participativa: hay que enfocarse de manera positiva a los desafíos que enfrentamos cuando hay una  diversidad de personas con distintas disponibilidades de tiempo y experiencia que van rotando. Todo lo expuesto puede afectar la velocidad, calidad e incluso el ánimo del equipo base.

 

Otro factor muy importante es comprender las diversas maneras de participar, por ejemplo muchas vecinas mujeres visitaban la obra y nos dejaban comida preparada por ellas (empanadas, calzones rotos, sopaipillas), muchas otras trabajaban todo el día en función de preparar el desayuno, el almuerzo y la once dentro de la sede vecinal.

El clima nos jugó en contra pero fue producto de los grandes incendios del verano 2017 que afectaron la zona, ya que muchas familias estaban ayudando en las labores de construcción de sus familiares y amigos damnificados. Por esa razón empezamos en invierno donde las lluvias nos obstruyeron posibilidad de terminar las fundaciones de hormigón durante varias semanas, luego los materiales estaban muy húmedos para continuar y un largo etc. Lamentablemente los recursos debían ejecutarse y el plazo era septiembre 2017.

 

La participación de niñas, niños y jóvenes fue especialmente importante y visible, desde escarbar la tierra con palas y manos, pasando por acarrear materiales, marcar dimensiones de las maderas y fundaciones, apoyar con los ensamble, martillar, etc, siendo  el más importante para nosotros las ganas de querer experimentar y exigirnos el probar otras opciones para seguir mejorando el diseño. Un desafío que nos queda es poder vincular a más niñas y jóvenes mujeres en este trabajo.

 

Al respecto cabe destacar que la Junta de Vecinos tenía atractivas maneras de involucrar a los niños varones: además de que siempre podían comer en la sede si es que ayudaban a construir, las dirigentas les regalaban  horas para jugar en la cancha gratis (la cancha se arrienda).  De esta manera nunca estábamos solos: o estaban construyendo o  le estaban dando vida a la cancha haciendo uso de sus horas gratuitas.

 

Trabajar como parte de un equipo tan diverso permitió la influencia de muchas perspectivas; generando un proceso enriquecedor, para todos las y los participantes y para el resultado de la  obra de arquitectura. Diseñar con fines de expresar las inquietudes de este grupo humano en específico en vez de anticipar o inventar unilateralmente el proyecto puede ser decisivo a la hora que una comunidad le otorgue un sentido de apropiación e identidad a sus espacios colectivos.

TRABAJANDO EN LA SEDE SOCIAL DE LA JUNTA DE VECINOS
GRADERÍAS COMO ESPACIO DEL ENCUENTRO INTERGENERACIONAL

En Conjunto:

Fundación Urbanismo Social

Financiado por Consejo Nacional de La Cultura y Artes

Junta de Vecinos Las Camelias.

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